Introducción
En Latinoamérica, a inicios de 2023, Chile aprobó una reforma laboral sobre duración
de la jornada de trabajo, reduciendo de 45 a 40 horas a la semana, lo mismo sucedió
en Colombia en 2021 al pasar de 48 a 42 horas semanales (Trucco, 2023). En fechas recientes se ha empezado a discutir en la esfera política la reducción
de la jornada laboral de los mexicanos, de hecho, en abril de 2023 se aprobó en la
comisión de Puntos Constitucionales la discusión de la reforma al artículo 123 constitucional,
con el objetivo de establecer una jornada laboral de 40 horas repartidas en cinco
días con dos días de descanso (Cámara de Diputados LXV Legislatura, 2023). De entre los países miembros de la OECD, se ha documentado que México es el que
más horas trabaja al año, aproximadamente 2,400 horas (OECD, 2022). Como referencia, gran parte de los países europeos y Estados Unidos trabajan en
promedio de 1,500 y 1,800 horas.
Aunque por todo el mundo se ha estudiado la relación de las horas trabajadas sobre
diferentes aspectos de bienestar de las personas, en México no se sabe a ciencia cierta
cuál es la relación de la duración de la jornada laboral y el bienestar. Tratar de
incrementar el bienestar, enfocado únicamente en el crecimiento, puede limitar el
alcance de las políticas públicas. Los incrementos salariales tienen un efecto positivo
inmediato sobre el bienestar de los individuos, sin embargo, este no es permanente
en el tiempo, tal y como ha quedado demostrado en estudios seminales (Easterlin, 1974). En dicho artículo se sustentó que los individuos en el pasado no eran necesariamente
más infelices por no tener acceso a los bienes y servicios que la actualidad ofrece.
Además, se ha comprobado que conforme el ingreso de las personas se incrementa, el
efecto positivo sobre el bienestar subjetivo disminuye, es decir, presentan rendimientos
decrecientes. Por otra parte, aumentar la producción o el ingreso a costa de jornadas
más largas puede traer consecuencias negativas al medio ambiente y en la salud mental
y física, dando como resultado un efecto neto negativo sobre el bienestar de las personas
(Voglino et al., 2022).
En años recientes, destaca un mayor número de estudios empíricos orientados a encontrar
la relación entre horas trabajadas, características de las personas y el bienestar
(Drolet y Morissette, 1997; Golden y Wiens-Tuers, 2006; Holly y Mohnen, 2012; Voglino et al., 2022). Para el caso de México, resulta relevante hacer un análisis por tipo de empleo,
ya que el empleo informal y el autoempleo están extendidos en el mercado laboral.
Se ha comprobado que el trabajo informal tiene una relación negativa sobre el bienestar
subjetivo de los individuos (Temkin, 2016; Temkin y Cruz Ibarra, 2018); sin embargo, permite a los trabajadores desempeñarse profesionalmente cuando se
excluyen del mercado laboral formal y así evitar el desempleo (Rojas, 2013; Piore, 2014; Sidón, Novela y Carrillo, 2023). Los empleados formales son los que tienen menor capacidad de determinar sus horas
de trabajo, ya que están establecidas por ley y por contrato laboral. Por otra parte,
el empleado informal puede encontrarse en una situación donde no cubre las horas de
trabajo suficientes para obtener el ingreso deseado o trabaja demasiadas horas con
un pago por hora por debajo del salario mínimo. Finalmente, el autoempleado, al decidir
la cantidad de horas que trabajará, probablemente sea capaz de maximizar su bienestar
dependiendo de lo que considera como buen balance trabajo-vida. En la revisión de
literatura no se encontró un análisis de la relación entre la duración de la jornada
laboral y el bienestar del individuo que identifique si la magnitud es diferente por
tipo de empleo.
El objetivo de este artículo es examinar la relación de la jornada laboral y el bienestar
subjetivo de los mexicanos, considerando sexo y tipo de empleo. Las preguntas centrales
son: ¿trabajar más o menos horas que la jornada laboral legal (41-48 horas) deteriora
la percepción de bienestar? Si es así, ¿la relación entre jornada y bienestar es diferente
por sexo y tipo de empleo? Para contestar estas preguntas se utiliza un modelo logístico
ordenado que compara el nivel de bienestar subjetivo entre personas que trabajan una
jornada laboral regular (41 a 48 horas) con sus contrapartes que trabajan menos horas,
de una a 28 horas, y de 29 a 40 horas, y aquellas que trabajan más (de 49 a 56 y de
57 a 75 horas por semana).
La hipótesis planteada es que se presenta una relación negativa entre el bienestar
subjetivo de las personas y trabajar jornadas laborales superiores a las establecidas
por ley, comportamiento que puede estar vinculado con la perturbación del balance
trabajo-vida. También se espera una relación en el mismo sentido cuando trabajan jornadas
inferiores a 40 horas, relación que puede estar sustentada en el desequilibrio del
costo marginal de la hora trabajada con su beneficio marginal. En cuanto a los tipos
de empleo, se espera que los empleados formales busquen que la jornada laboral legal
sea más corta, sin afectar sus ingresos. En cambio, los empleados informales buscarán
una jornada laboral que no sea tan corta y pueda mejorar su situación económica (Rojas, 2013; Temkin, 2016; Temkin y Cruz Ibarra, 2018). En lo que concierne a los autoempleados al ser ellos mismos quienes definen las
horas que trabajan se encontrarán individuos que están tan satisfechos trabajando
muy pocas horas o muchas horas, al obtener beneficios originados en la utilidad procedural
(Hundley, 2001; Hessel, Rietveld y van der Zwan, 2017; Braga, 2023). Por sexo, se espera encontrar una fuerte influencia de los roles, puesto que se
siguen asignando responsabilidades del hogar a las mujeres y la de proveedor del hogar
al hombre (Cunningham, 2001; Booth y van Ours, 2008, 2013). Esto significa que para las mujeres la relación negativa entre la jornada laboral
y el bienestar será mayor en comparación a los hombres.
Este documento aporta dos contribuciones: i) estudia la relación entre la jornada laboral y el bienestar de las personas en México,
considerando diferencias por sexo y tipo de empleo (autoempleado, empleado formal
e informal), y ii) utiliza un enfoque balance trabajo-vida, donde se exploran costos y beneficios de
las horas trabajadas en diferentes dominios de vida. Estos dos aportes proporcionan
un punto de vista que permite diseñar una política de la jornada laboral más apegada
al bienestar general de las personas y su balance trabajo-vida.
El resto del documento se divide en cuatro partes, además de la introducción, se presenta
la revisión de literatura donde se especifica el enfoque del análisis y los resultados
que se han encontrado en estudios similares. En seguida, se expone la metodología
y fuente de información. Los resultados se abordan en el apartado tres, para finalizar
con conclusiones y recomendaciones.
I. Revisión de literatura
I.1. El balance trabajo-vida mediado por las características de la persona
En la literatura del bienestar subjetivo se ha estudiado un amplio espectro de temas
alrededor del uso del tiempo de las personas, pero definitivamente la que más ha llamado
la atención es la relacionada con el trabajo (Oinas y Anttila, 2021). Cuando se habla de jornada laboral y bienestar subjetivo, nos podemos referir a
los estudios realizados alrededor del balance trabajo-vida o trabajo-familia o trabajo-ocio
(Fagan et al., 2012). Se debe notar que el nivel de satisfacción con la vida en general es un resultado
neto de los niveles de satisfacción con diferentes dominios de vida (Rojas, 2007; Leyva, Bustos y Romo, 2016). Esto permite apreciar cómo un aumento en las horas trabajadas pudiera dar como
resultado un incremento de la satisfacción con la situación económica, pero reducción
en la satisfacción con la familia o la vida social. Cuando usamos este enfoque, se
habla de un balance trabajo-vida1 (Holly y Mohnen, 2012; Henriques, Marcenaro-Gutierrez y Lopez-Agudo, 2020) y permite llegar a observaciones más completas sobre el estado general de bienestar
que si sólo usáramos el ingreso de los individuos. El balance trabajo-vida es sensible
a las características del individuo, por ejemplo, los hombres maximizan su bienestar
trabajando más horas y dedicando menos horas a la familia que las mujeres (Geurts et al., 2009; Gash, Mertens y Gordo, 2012; Collewet, De Grip y De Koning, 2015).
La teoría económica del trabajo sugiere que las personas deben elegir cuántas horas
trabajan de manera que su beneficio marginal se iguale al costo marginal, y supone
que las personas han logrado maximizar la utilidad. La diferencia del enfoque de bienestar
subjetivo radica en que las personas tienen limitaciones en las decisiones que toman
sobre la duración de su trabajo y pueden encontrarse en una jornada laboral que no
maximiza su bienestar o satisfacción con la vida (Rojas, 2007; Charles-Leija, Aboites y Llamas, 2018). Esto significa que podrían terminar trabajando excesivamente, y el aumento de ingresos
por esas últimas horas sólo provoquen un pequeño incremento en su satisfacción económica
en comparación con la disminución incurrida en su satisfacción con otros dominios
de sus vidas, como la familia o la vida social. La situación contraria también se
puede presentar donde el individuo trabaja pocas horas y el costo en satisfacción
con la familia o su vida social es bajo comparado con el beneficio que obtendría en
su satisfacción con la situación económica.
Para lograr el balance trabajo-vida que maximice el bienestar, científicos de la salud
y economistas aproximan el problema comparando a los que trabajan la jornada legal
con los que trabajan sólo unas cuantas horas y a los que trabajan muchas horas. Al
diferenciar entre estas categorías, se ha encontrado en Estados Unidos, Alemania,
Canadá y Suecia que el efecto de largas jornadas puede ser positivo sobre la satisfacción
con el trabajo o la situación económica. Sin embargo, el efecto neto de trabajar muchas
horas en la satisfacción con la vida en general y el resto de los dominios de vida
es negativo (Drolet y Morissette, 1997; Golden y Wiens-Tuers, 2006; Holly y Mohnen, 2012; Voglino et al., 2022). Con esta misma mecánica de análisis se ha encontrado que aquellos que trabajan
menos horas que la jornada laboral legal del país, podrían alcanzar mayores niveles
de bienestar general al trabajar más horas (Booth y van Ours, 2008, 2013; Henriques, Marcenaro-Gutierrez y Lopez-Agudo, 2020). Básicamente, se encuentra el balance trabajo-ocio que maximiza el bienestar.
Es evidente que el equilibrio entre trabajo-familia variará dependiendo de las características
individuales. Las diferencias más pronunciadas del balance trabajo-vida se dan entre
hombres y mujeres. En Suecia, España, Reino Unido, Australia, Corea, China, Europa
y Alemania, las mujeres se ven más afectadas por jornadas de mayor duración que los
hombres. Cuando se ha tomado en cuenta su situación familiar, el efecto negativo es
aún mayor para las mujeres que tienen hijos y viven en pareja, indicando que estas
diferencias se dan por la imposibilidad de efectuar actividades relacionadas con su
hogar. El argumento que más se avanza para justificar estas discrepancias es que siguen
manteniendo un rol más importante en el hogar (Artazcoz et al., 2007; Booth y van Ours, 2008, 2013; von Thiele Schwarz, Lindfors y Lundberg, 2008; Gash, Mertens y Gordo, 2012; Rudolf, 2014; Angrave y Charlwood, 2015; Milner, Smith y LaMontagne, 2015; Tan et al., 2022).
Otras características de los individuos que prefieren esquemas de medio tiempo son
los adultos con más de un hijo y las personas con alguna enfermedad (Henriques, Marcenaro-Gutiérrez y López-Agudo, 2020). También se han encontrado diferencias originadas en la etapa de la vida, el grado
escolar y el nivel de ingresos. Por ejemplo, cuando las personas están cerrando su
ciclo laboral, preferirán trabajar menos horas que los que están iniciando su carrera
profesional (Collewet, De Grip y De Koning, 2015). Además, el efecto negativo sobre el bienestar subjetivo ocasionado por trabajar
más horas es más pronunciado para los trabajadores calificados y de ingresos medios
que para los trabajadores no calificados y de ingresos bajos o altos (Milner, Smith y LaMontagne, 2015; Shao, 2022).
I.2. Variables del trabajo que median la relación de la duración de la jornada laboral
Se ha comprobado que las personas que trabajan se encuentran más satisfechas que las
que no trabajan (Helliwell y Huang, 2014; Aliyev, 2021). Sin embargo, aunque en términos de bienestar subjetivo estar desempleado es netamente
desfavorable, los trabajadores reportan sentimientos negativos durante sus horas laborales,
e incrementan los sentimientos positivos durante sus horas de ocio, lo cual confirma
el beneficio decreciente de las horas de ocio (Knabe et al., 2010). Por lo tanto, debe haber un esquema laboral que maximice el bienestar subjetivo
de las personas, donde la satisfacción económica marginal obtenida por una hora más
de trabajo sea igual al costo marginal en satisfacción con otros dominios de vida.
La flexibilidad y los turnos pueden modificar el bienestar percibido. Cuando se da
oportunidad a las personas de elegir el horario y la cantidad de horas aumenta la
felicidad, pero si la persona debe trabajar en turno nocturno, es probable que reduzca
su felicidad (Geurts et al., 2009; Shevchuk, Strebkov y Davis, 2019; Awosoga et al., 2020). Estos resultados van en línea con la hipótesis de balancear los dominios trabajo-vida,
ya que cuando hay flexibilidad, pueden descansar las horas necesarias y recuperarse
emocional y físicamente.
También se sabe que, dependiendo si se trabaja en el sector privado o público, los
trabajadores laboran cierto número de horas modificando la situación de bienestar
subjetivo. Los empleados en el sector privado estarían más satisfechos si se redujeran
las jornadas laborales, en cambio, los empleados en el sector público no muestran
dicha preferencia (Shao, 2022).
Como se ha presentado en la revisión de literatura, la duración de la jornada laboral
se relaciona con el bienestar y las preferencias se dan por características del individuo
y del trabajo. Estos van desde el sexo, el tipo de familia, la edad, el nivel de calificación
y de ingresos hasta la flexibilidad laboral, el turno en el que se labora y el sector
en el que trabajan. Una de las principales aportaciones de este estudio es analizar
el efecto de las horas trabajadas sobre los empleados formales, informales y autoempleados.
Cuando se revisa la literatura sobre los empleados formales, informales y autoempleados,
se ha encontrado que los dos últimos tipos de empleo relacionados a la informalidad
se caracterizan por jornadas laborales más cortas, con salarios más bajos y con un
efecto negativo en los reportes de bienestar (Temkin, 2009, 2016; Rojas, 2013; Temkin y Cruz Ibarra, 2018). La literatura empírica sobre informalidad ha encontrado frecuentemente que existe
una jerarquía tanto de bienestar como de ingresos de los tres tipos de empleo, siendo
los empleados formales los que reportan los niveles más altos seguidos por los autoempleados
y al final los empleados informales (Temkin y Cruz Ibarra, 2018; Duval-Hernández, 2023). En este sentido, cada tipo de empleo debe presentar preferencias diferentes con
relación al número de horas laboradas.
Por un lado, se espera que los empleados formales busquen trabajar menos horas manteniendo
el mismo ingreso, ya que la gran mayoría trabaja la jornada legal de 48 horas y a
veces cubren horas extras. En cambio, las personas que trabajan por su cuenta en su
mayoría relacionan su éxito con la cantidad de horas que trabajan, por lo que puede
ser que se encuentren más satisfechos con jornadas más largas, además este tipo de
trabajo trae beneficios no pecuniarios relacionados con la utilidad procedural como
es la flexibilidad, el uso de las habilidades del individuo y la variedad de tareas
(Hundley, 2001; Hessels, Rietveld y van der Zwan, 2017; Braga, 2023).
Por el lado de los empleados informales, los más insatisfechos con la vida, se esperan
pautas heterogéneas: individuos que laboran pocas horas y reportan bajos niveles de
satisfacción, debido a una situación económica deteriorada e individuos que laboran
demasiadas horas y de igual forma reportan menores niveles de bienestar, puesto que
reciben salarios más bajos que el resto de las personas y no gozan de las prestaciones
que los empleados formales (Temkin, 2016; Temkin y Cruz Ibarra, 2018).
II. Metodología y datos
II.1. Método
Desde el enfoque de economía clásica se plantea que el trabajo genera desutilidad
que es compensada por el pago. En un modelo econométrico de salarios sólo se puede
hipotetizar que la desutilidad es igual al ingreso que se recibe por su trabajo. En
cambio, con el enfoque del bienestar subjetivo se puede utilizar una ecuación de felicidad,
la cual utiliza el reporte de bienestar del individuo como variable dependiente y
como variables independientes sus características socio demográficas, laborales e
ingreso. La ecuación de salarios asume que los individuos perciben un ingreso por
hora que es igual al costo en ocio, o sea, están maximizando su bienestar. En la ecuación
de felicidad se permite el desequilibrio entre satisfacción económica y otros dominios,
es decir, el ingreso que reciben por hora no necesariamente es igual al costo en bienestar.
Además, se puede identificar qué características de las personas modifican la valoración
de cada dominio de vida en el resultado neto de bienestar subjetivo (Rojas, 2007).
La ecuación de la felicidad permite estimar la relación entre el ingreso y el nivel
de satisfacción del individuo (Easterlin, 1974) y otras variables como las horas trabajadas. En realidad, cuando no se incluye el
tiempo trabajado para estimar el bienestar asociado al ingreso, se puede estar subestimando
la importancia real, ya que al incluir las horas trabajadas en la ecuación de felicidad
se captura el costo por incrementar el ingreso y se sustrae la desutilidad del trabajo
(Pouwels, Siegers y Vlasblom, 2008).
Diferentes métodos y datos se han utilizado, por ejemplo, modelos probit o logit con
bases de datos a nivel nacional en países como Australia, Canadá, Corea, Estados Unidos,
Francia, Países Bajos y Reino Unido, al igual que con bases de datos regionales de
Europa y Latinoamérica (Geurts et al., 2009; De Simone et al., 2014; Rudolf, 2014; Milner, Smith y LaMontagne, 2015; Valente y Berry, 2016; Awosoga et al., 2020; Shao, 2022). En este trabajo se usa un modelo logit ordenado estimado en R con el paquete MASS
que permite obtener los ratios de probabilidad de estar en un nivel más alto de bienestar
subjetivo (Agresti, 2013; UCLA, 2014). La ecuación de felicidad de referencia utilizada en los modelos es la siguiente:
Donde BSi es la variable dependiente que mide el bienestar subjetivo ya sea en general o en
dominios específicos de la vida. Las variables independientes serán el vector de características
sociodemográficas Xi, que incluye el ingreso, y las categorías de horas trabajadas,2 cada con su coeficiente (β) y el intercepto (a). Los coeficientes que se obtienen
se transforman en ratios de probabilidad. Si se encuentra un ratio por encima de 1,
es que la probabilidad de incrementar el bienestar mejora, en cambio, si el ratio
es menor a 1, la probabilidad de estar en un nivel superior de bienestar cae.
Para obtener una apreciación del balance trabajo-vida, se estiman ecuaciones con las
variables dependientes de satisfacción con la situación económica, la familia y la
vida social. De esta manera se distingue la relación positiva que pudiera tener que
trabajar más horas en la situación económica y el vínculo negativo de las mismas horas
sobre la vida social o la vida familiar. El resultado neto de bienestar se obtiene
al correr el modelo con la variable de satisfacción con la vida como variable dependiente.
Primero se estiman los modelos para la muestra en general y posteriormente por sexo
y tipo de trabajo.
II.2. Datos
La Encuesta Nacional de Usos de Tiempo 2019 (enut 2019) es una muestra representativa
a nivel nacional de los hogares mexicanos, y recaba información detallada de más de
27,000 hogares y 93,000 individuos. La encuesta se aplica a las personas mayores de
12 años y abarca diferentes dimensiones como: composición y características del hogar
y perfil sociodemográfico de los individuos. Se obtiene información sobre el uso de
su tiempo en la semana anterior. En este estudio usamos las observaciones de las personas
de 16 a 70 años que trabajan entre una y 75 horas semanales.
En la ENUT 2019, las variables sobre bienestar en general y en dominios de vida, se
obtienen de las preguntas: Por favor, dígame ¿cómo se siente con su… vida en general?, vida familiar?, vida social?,
y situación económica? Estas preguntas se utilizarán como variables dependientes para analizar la relación
de la duración de la jornada laboral y el bienestar subjetivo. Las escalas que se
emplean para responder a dichas preguntas van desde el 1 al 5, siendo las categorías:
1 nada satisfecho, 2 poco satisfecho, 3 más o menos satisfecho, 4 satisfecho y 5 muy
satisfecho.
En cuanto a la variable de la duración de la jornada laboral, es posible obtenerla,
puesto que se cuenta con las horas y minutos del tiempo trabajado durante la semana.
Esto permite hacer un análisis de la relación de la duración de la jornada, al agruparlos
en cinco categorías, de una a 28 horas, de 29 a 40, de 41 a 48, de 49 a 56 y de 57
a 75 horas por semana.
Al igual que en estudios previos sobre la relación de la jornada laboral y el bienestar
subjetivo, los modelos incluyen controles por características personales, del trabajo
y nivel de ingreso. Se pone especial atención al tipo de trabajo categorizado en empleado
formal, si trabaja para una empresa y tiene servicio médico de alguna institución
pública (IMSS, ISSSTE, entre otros) e informal, cuando trabaja para una empresa y
no recibe dicha prestación. Una tercera categoría son los que trabajan por cuenta
propia o se consideran autoempleados.3
En una primera aproximación a la base de datos se hace un análisis descriptivo de
las características de los individuos y del trabajo, poniendo especial interés en
las variables de bienestar subjetivo y duración de la jornada laboral en general,
por sexo y para cada tipo de empleo. En seguida se construye un modelo de regresión
logit ordenado que nos permite analizar los ratios de probabilidad o razones de probabilidad
de cada categoría de duración del trabajo y el nivel de bienestar.
III. Resultados
III.1. Estadística descriptiva
En el Cuadro A1 (anexo) se presentan los resultados de la estadística descriptiva. En general, como se aprecia
en la Figura 1, los individuos están satisfechos con su vida, 62.5 por ciento reportan estar satisfechos,
17.6 muy satisfechos y 16.6 más o menos satisfechos con la vida (96.7 por ciento de
la muestra). Sin embargo, al comparar entre diferentes arreglos de jornada laboral,
el promedio más alto de satisfacción con la vida se encuentra al trabajar entre 29
y 40 horas por semana, y el promedio más bajo lo tienen los individuos con las jornadas
extremas; de una a 28 horas o 57 a 75 horas semanales. El promedio más bajo de satisfacción
con la situación económica es de quienes trabajan hasta 28 horas, en cambio, la menor
satisfacción con la familia la tienen aquellos que trabajan más de 56 horas. Esto
apunta a que los extremos no son una opción viable para tener un balance trabajo-vida
y que existen beneficios marginales decrecientes y costos crecientes por hora trabajada
(Golden y Wiens-Tuers, 2006; Geurts et al., 2009; Gray et al., 2020).
Figura 1
México, distribución de satisfacción con la vida por tipo de empleo, 2019.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENUT 2019.
Cuando se analiza por sexo (Cuadro 1) se encuentra que las mujeres tienden a estar más satisfechas con la vida cuando
las jornadas de trabajo son cortas, en cambio, los hombres reducen su satisfacción,
además están representados en menor medida en esa misma situación, pero tienen mayor
participación en las categorías de jornadas más largas. Como lo presentan en la literatura,
el balance trabajo-vida es diferente dependiendo del sexo, lo cual puede ser originado
por los roles de género que siguen vigentes para México y el mundo (Artazcoz et al., 2007; Booth y van Ours, 2008, 2013; Gash, Mertens y Gordo, 2012; Milner, Smith y LaMontagne, 2015).
Cuadro 1
México, distribución de la jornada laboral por sexo y promedio de satisfacción, 2019.
Duración jornada semanal (en horas)…
|
Proporción hombres
|
Satisfacción con la vida hombres
|
Proporción mujeres
|
Satisfacción con la vida mujeres
|
≥ 1 a ≤ 28
|
0.13
|
3.89
|
0.30
|
3.93
|
29 a ≤ 40
|
0.19
|
3.98
|
0.25
|
3.97
|
41 a ≤ 48
|
0.27
|
3.98
|
0.22
|
3.91
|
49 a ≤ 56
|
0.19
|
3.96
|
0.13
|
3.88
|
57 a ≤ 75
|
0.22
|
3.95
|
0.11
|
3.77
|
Total
|
18,977.00
|
3.95
|
14,296.00
|
3.89
|
La distribución de la muestra por tipo de empleo y duración de la jornada (Cuadro 2) indica que una baja proporción de empleados formales trabajan menos de 29 horas.
En cambio, los autoempleados trabajan mayormente jornadas cortas y, aunque la distribución
de los empleados informales es más homogénea, también son más los que trabajan pocas
horas (entre una y 28).
Cuadro 2
México, distribución de la jornada laboral por tipo de empleo, 2019.
Duración jornada semanal (horas)…
|
% de empleados formales
|
% de autoempleados
|
% de empleados informales
|
% del total
|
≥ 1 a ≤ 28
|
6.2
|
38.6
|
25.1
|
20.5
|
29 a ≤ 40
|
23.3
|
18.9
|
20.6
|
21.3
|
42 a ≤ 48
|
32.6
|
14.4
|
22.2
|
24.6
|
49 a ≤ 56
|
19.5
|
12.9
|
15.6
|
16.6
|
57 a ≤ 75
|
18.4
|
15.2
|
16.6
|
17.0
|
Total
|
13,578.0
|
7,647.0
|
12,048.0
|
33,273.0
|
Cuando se observan los promedios de satisfacción con la vida por categoría de trabajo
y duración de la jornada laboral (Figura 2), lo que más resalta es que sin importar la duración de la jornada los trabajadores
formales están más satisfechos que los informales y autoempleados, algo que ha sido
registrado en la literatura sobre informalidad y bienestar subjetivo (Moyano Díaz, Castillo Guevara y Lizana Lizana, 2008; Rojas, 2013; Temkin, 2016). El análisis de la satisfacción con la vida por tipo de empleo y duración de la
jornada (Figura 2) revela que conforme disminuyen las horas trabajadas de los empleados formales aumenta
el promedio de satisfacción con la vida.
Figura 2
México, satisfacción con la vida promedio por tipo de empleo y jornada laboral, 2019.

Nota: La satisfacción con la vida asume valores del 1 al 5, en orden creciente.
Fuente: Elaboración propia con datos de la ENUT 2019.
La historia es diferente para los autoempleados, pues destaca que los valores más
bajos de satisfacción con la vida se encuentran cuando trabajan menos de 29 horas
o más de 48 horas. Un fenómeno similar se aprecia para los trabajadores informales.
Indicando que, en el sector informal, trabajar pocas horas no necesariamente es algo
que se relaciona con mayores niveles de bienestar. Para explicar este fenómeno se
puede acudir a las características del autoempleo en México, ya que cuando tratan
de describirlos se revela que estos no necesariamente son emprendedores que encuentran
atractivo ser sus propios jefes, como se ha planteado para países desarrollados y
a veces para México, al contrario, la evidencia empírica apunta que son personas con
características sociodemográficas relacionadas con la exclusión de oportunidades de
empleo formal y que deben de buscar una fuente de ingresos. En cuanto a los empleados
informales, se esperaría que tuvieran un comportamiento similar a los empleados formales
por no tener tanto control sobre su jornada; sin embargo, los trabajadores informales
también están insatisfechos cuando se trabajan pocas horas.
El análisis descriptivo de los datos revela que trabajar pocas horas no necesariamente
da como resultado mayor satisfacción, pero que, sin importar el sexo o la categoría
de empleo, la relación entre largas jornadas laborales y la satisfacción con la vida
será negativa. A continuación, se hace el análisis con la ecuación de felicidad para
controlar por las características de las personas.
III.2. La ecuación de felicidad y el balance trabajo-vida
III.2.1. Resultados generales: ratios de probabilidad globales
A continuación, se presentan los resultados de la ecuación de felicidad expresada
en ratios de probabilidad sobre las variables de referencia para toda la muestra.
Si se encuentra un ratio por encima de 1, significa que la probabilidad de incrementar
el bienestar mejora; en cambio, si el ratio es menor a 1, la probabilidad de estar
en un nivel superior de bienestar cae. Las columnas (1-4) del Cuadro 3 corresponden a estimaciones sin controles. La primera columna del Cuadro 3 revela que los individuos reducen sus probabilidades de incrementar su satisfacción
con la vida, en los extremos, si se trabajan muchas o pocas horas, lo cual sería coherente
con la teoría económica clásica del beneficio marginal decreciente y costo marginal
creciente del uso del tiempo, ya que en dicho modelo en las jornadas cortas se captura
el efecto de bajos ingresos (al no estar controlando por el ingreso).
Controlar por diferentes características de los individuos (Cuadro 3, columna 5) modifica los resultados e indica que los individuos están más satisfechos
si trabajaran menos horas (entre 29 y 40 horas) en comparación al grupo de referencia,
de 41 a 48 horas. También revela que trabajar pocas horas (menos de 29) no se relaciona
significativamente en la satisfacción con la vida. Las variables de control aíslan
la relación entre jornada y bienestar, por ejemplo, el ingreso tiene un coeficiente
positivo y significativo mostrando que es un elemento importante en la determinación
de la satisfacción con la vida y cambia la interpretación del coeficiente (ya no se
captura la relación de bajos ingresos y satisfacción en jornadas cortas). También
ser empleado formal y ser hombre tienen parámetros positivos y significativos y, por
lo tanto, incluirlos permiten aislar la relación entre jornada laboral y bienestar.
Otras características sociodemográficas también están relacionadas con la satisfacción
con la vida, como el grado escolar y tener pareja. Finalmente, elementos de estilo
de vida como las horas de sueño y practicar un deporte se relacionan con reportes
de bienestar más altos en todos los dominios.
Al observar los dominios de vida se aprecia que el balance trabajo-vida entra en juego
y que el costo en satisfacción con la situación económica (Cuadro 3, columna 6) de trabajar muy pocas horas (menos de 29 horas) es equiparable a la mejoría
en la satisfacción con la familia (Cuadro 3, columna 7), corroborando la hipótesis de balance trabajo-vida (Drolet y Morissette, 1997; Golden y Wiens-Tuers, 2006; Holly y Mohnen, 2012; Voglino et al., 2022) y el enfoque de bienestar por dominios de vida (Van Praag, Frijters y Ferrer-i-Carbonell, 2003; Rojas, 2007).
Cuadro 3
México, ratios de probabilidad de la duración de la jornada laboral sobre el bienestar
subjetivo, 2019.
Ratios de probabilidad
|
Variable depediente: satisfacción con…
|
|
La vida en general (1)
|
La situación económica (2)
|
La vida familiar (3)
|
La vida social (4)
|
La vida en general (5)
|
La situación económica (6)
|
La vida familiar (7)
|
La vida social (8)
|
Jornada semana…
|
De 1 a 28 horas
|
0.914***
|
0.848***
|
0.986
|
0.949
|
1.017
|
0.862***
|
1.096***
|
1.028
|
De 29 a 40 horas
|
1.088***
|
1.103***
|
1.103***
|
1.041
|
1.054**
|
1.020
|
1.075***
|
1.051**
|
De 49 a 56 horas
|
0.948
|
0.986
|
1.017
|
0.930**
|
0.940**
|
0.974
|
1.012
|
0.922***
|
De 57 a 75 horas
|
0.865***
|
0.981
|
0.981
|
0.858****
|
0.888***
|
0.994
|
0.995
|
0.869***
|
Observations
|
33,273
|
33,273
|
33,273
|
33,273
|
33,215
|
33,215
|
33,215
|
33,215
|
Notas:
|
*p<0.1; **p<0.05; ***p<0.01 Categoría de referencia jornada semanal de 41 a 48 horas. Los modelos del (5) al (8)
incluyen los controles: tipo de empleo, quintil de ingresos, ingresos por hora, nivel
educativo, sexo, vive en pareja, edad, edad al cuadrado, horas de sueño si hace deporte
o estaba enfermo, si vive en ciudad y en que región de México.
|
Se encuentra que ambas categorías de jornadas largas, de 49 a 56 horas y de 57 a 75
horas, tienen una relación negativa con la satisfacción con la vida (Cuadro 3, columna 5). Y aunque se esperaría una mayor satisfacción económica por el esfuerzo
percibido del individuo, el ratio no es significativo (columna 6). En la satisfacción
con la familia no se presentan cambios, lo cual se espera porque se ha demostrado
que en condiciones económicas adversas la satisfacción con la familia disminuye (Blom, Kraaykamp y Verbakel, 2019), de ahí que el incremento de horas de trabajo se asocia con mejores condiciones
económicas para sus familiares (hijos o pareja) y, por lo tanto, no se presenta una
modificación significativa. Sin embargo, trabajar muchas horas deja poca disponibilidad
de tiempo para relacionarse con otras personas, por lo tanto, la probabilidad de mejorar
la satisfacción con la vida social disminuye.
Para resumir, cuando se analizan los modelos de dominios de vida en la categoría de
29 a 40 horas trabajadas (Cuadro 3, modelos del 6 al 8) se aprecia que hay una mejoría en la satisfacción con la familia
y no hay un costo significativo en la satisfacción económica indicando que el beneficio
en satisfacción familiar es superior al costo en satisfacción con la situación económica
y se revela como una opción que mejoraría el nivel de bienestar de las personas. Sin
embargo, existen atributos personales que influyen en las preferencias y, como resultado,
pueden tener comportamientos distintos. Uno de estos atributos es el sexo, que se
analizará a continuación.
III.2.2. Resultados por sexo: la influencia de los roles en el hogar sobre la satisfacción
con la vida
En la revisión de la literatura se señala que uno de los principales mediadores de
la relación entre la jornada laboral y el bienestar es el sexo, por este motivo, en
el análisis se consideran centrales. Por ejemplo, se aprecia en el Cuadro 4 que trabajar muy pocas horas (de una a 28 horas a la semana) puede tener una relación
positiva con la satisfacción con la vida de las mujeres, pero negativa en el caso
de hombres. Las mujeres que trabajan entre 29 y 40 horas a la semana tienen mayores
probabilidades de estar más satisfechas con su familia (Cuadro 4, columna 6). Para los hombres, la reducción de la jornada a las mismas horas es positiva
en la vida social, pero insignificante con la situación económica y con la vida en
general.
Cuadro 4
México, ratios de probabilidad por diferencias en la duración de la jornada laboral
sobre el bienestar subjetivo para hombres y mujeres, 2019.
Ratios de probabilidad
|
|
Variable dependiente: satisfacción con..
|
La vida en general
|
La situación económica
|
La vida familiar
|
La vida social
|
Hombre (1)
|
Mujer (2)
|
Hombre (3)
|
Mujer (4)
|
Hombre (5)
|
Mujer (6)
|
Hombre (7)
|
Mujer (8)
|
Jornada semanal…
|
de 1 a 28 horas
|
0.854***
|
1.152***
|
0.733***
|
0.928**
|
1.037
|
1.209***
|
0.982
|
1.047
|
De 29 a 40 horas
|
1.014
|
1.115***
|
0.993
|
1.046
|
1.051
|
1.140***
|
1.075**
|
1.034
|
De 49 a 56 horas
|
0.925**
|
0.958
|
0.969
|
0.984
|
0.974
|
1.064
|
0.920**
|
0.917**
|
De 57 a 75 horas
|
0.922**
|
0.766***
|
1.004
|
0.963
|
1.005
|
0.893***
|
0.874***
|
0.823***
|
observaciónes
|
18,956
|
14,259
|
18,956
|
14,259
|
18,956
|
14,259
|
18,956
|
14,259
|
Notas
|
*p<0.1;**p<0.05;***p<0.01 Categoría de referencia jornada semanal de 40 a 48 horas. Todos los modelos incluyen
los controles: tipo de empleo, quintil de ingresos, ingresos por hora, nivel educativo,
vive en pareja, edad, edad al cuadrado, horas de sueño si hace deporte o estaba enfermo,
si vive en ciudad y en que región de México.
|
Los resultados apuntan a que las mujeres logran encontrar usos de su tiempo en el
dominio de vida de la familia que mejoren sus reportes de satisfacción. Esto implica
que los roles de proveedor y responsable del hogar están asociados fuertemente con
el sexo y además influyen en la percepción de bienestar de la persona, en línea con
resultados de otros países o regiones, como Alemania, Australia, Cataluña y el Reino
Unido (Artazcoz et al., 2007; Booth y van Ours, 2008, 2013; Gash, Mertens y Gordo, 2012; Collewet, De Grip y De Koning, 2015).
Aunque trabajar de 57 a 75 horas tiene una relación negativa en el bienestar de ambos
sexos, la probabilidad de que descienda el nivel de bienestar es mayor en mujeres;
probablemente porque en los roles de género a ellas se les atribuyen responsabilidades
más allá del trabajo y a los hombres no. Estos hallazgos representan una novedad en
el contexto mexicano, aunque se han corroborado previamente en otras partes del mundo.
III.2.3. Resultados por tipo de empleo: un balance trabajo-vida diferenciado
El Cuadro 5 presenta los resultados de las estimaciones del modelo de satisfacción con diferentes
dominios de la vida para empleados formales, informales y autoempleados y en el Cuadro 6 se encuentran los resultados netos de la relación entre jornada laboral y la satisfacción
con la vida en general. El propósito de esta exposición de resultados es destacar
las variaciones en la relación entre la jornada laboral, los diferentes dominios de
vida, y el resultado neto de bienestar según el tipo de empleo.
Cuadro 5
México, ratios de probabilidad de la duración de la jornada laboral sobre el bienestar
subjetivo por tipo de empleo, 2019.
Ratios de probabilidad
|
|
Variable dependiente: satisfacción con..
|
La situación económica
|
La vida familiar
|
La vida social
|
Empleado fromal (1)
|
Autoempleado (2)
|
Empleado informal (3)
|
Empleado formal (4)
|
Autoempleado (5)
|
Empelado informal (6)
|
Empleado formal (7)
|
Autoempleado (8)
|
Empleado informal (9)
|
Jornada semanal…
|
de 1 a 28 horas
|
0.793***
|
0.848***
|
0.807***
|
1.127***
|
1.093**
|
1.112***
|
1.056**
|
1.045
|
0.974
|
De 29 a 40 horas
|
1.033
|
0.933
|
0.996
|
1.055
|
1.148***
|
1.069*
|
1.115***
|
1.056
|
0.979
|
De 49 a 56 horas
|
1.002
|
0.872***
|
0.972
|
1.035
|
1.031
|
0.982
|
0.977
|
0.986
|
0.817***
|
De 57 a 75 horas
|
1.032
|
1.014
|
0.926
|
0.953
|
1.067
|
1.017
|
0.839***
|
0.903**
|
0.886***
|
observaciónes
|
13,578
|
7,613
|
12,024
|
13,578
|
7,613
|
12,024
|
13,578
|
7,613
|
12,024
|
Notas
|
*p<0.1; **p<0.05; ***p<0.01 Categoría de referencia jornada semanal de 40 a 48 horas. Todos los modelos incluyen
los controles: tipo de empleo, quintil de ingresos, ingresos por hora, nivel educativo,
vive en pareja, edad, edad al cuadrado, horas de sueño si hace deporte o estaba enfermo,
si vive en ciudad y en que región de México.
|
Los empleados formales que laboran muy pocas horas (de una a 28 horas) revelan una
disminución en la satisfacción con la situación económica con relación a tener jornadas
de 41 a 48, pero un incremento en la probabilidad de estar más satisfecho con la familia
y la vida social. A partir de este comportamiento, se podría afirmar que el vínculo
neto para el trabajador formal es positivo sobre la satisfacción con la vida (Cuadro 6, columna 1). Para los empleados informales y autoempleados, jornadas más cortas,
(de una a 28 horas) incrementan la probabilidad de mejorar su satisfacción con la
familia en 11.2 y 9.3 por ciento respectivamente, por otra parte, la probabilidad
de que el bienestar asociado a la situación económica se deteriore es de 19.3 y 15.2
por ciento respectivamente (Cuadro 5). Lo anterior parece indicar que la posible mejoría en el bienestar vinculado a la
vida familiar no compensa la reducción de satisfacción con la situación económica,
indicando que, para los trabajadores informales y autoempleados, pasar de una jornada
laboral de 41 a 48 horas hacia una de una a 28 horas semanales no implica cambios
en la valoración general de bienestar (Cuadro 6).
Cuadro 6
México, ratios de probabilidad de la duración de la jornada laboral sobre el comportamiento
de la satisfacción con la vida por tipo de empleo (resultado neto en el bienestar),
2019.
Ratios de probabilidad
|
|
Variable dependiente:
|
la vida en general
|
Empleado formal (1)
|
Autoempleo (2)
|
Empleado infromal (3)
|
Jornada semanal…
|
|
|
|
De 1 a 28 horas
|
1.133***
|
0.930*
|
1.006
|
De 29 a 40 horas
|
1.108**
|
0.998
|
1.014
|
De 49 a 56 horas
|
0.982
|
0.894**
|
0.906**
|
De 57 a 75 horas
|
0.823***
|
0.962
|
0.906**
|
Observations
|
13,578
|
7,613
|
12,024
|
Notas:
|
*p< 0.1; **p<0.05; ***p<0.01 Categoría de referencia jornada semanal de 41 a 48 horas. Todos los modelos incluyen
los controles: quintil de ingresos por hora, nivel educativo, sexo, vive en pareja,
edad, edad al cuadrado, horas de sueño si hace deporte o estaba enfermo, si vive en
ciudad y en que región de México.
|
Los empleados formales que trabajan entre 29 y 40 horas semanales tienen mayor probabilidad
de incrementar su nivel de bienestar con la vida social, y además tienen ratios positivos
(aunque no significativos) en los otros dos dominios (Cuadro 5). Así, podemos afirmar que una reducción de la jornada laboral se asocia con un incremento
en el bienestar general de los trabajadores formales (Cuadro 6, columna 1). En cambio, para los autoempleados, aunque la relación es directa en
la satisfacción con la situación económica (menor jornada menos satisfacción), e inversa
con la vida familiar (Cuadro 5, columna 2 y 5), en general no se presentan cambios significativos en la condición
de bienestar, con relación a la jornada laboral de referencia (Cuadro 6, columna 2). Los empleados informales reflejan cambios negativos no significativos
en la situación económica y positivos en la vida familiar; sin embargo, la jornada
de 29 a 40 horas tampoco se ve reflejada en mayor probabilidad de satisfacción con
la vida, como en el caso de los autoempleados.
Pasando a las categorías de horas trabajadas por encima de las definidas en la ley,
jornadas laborales de 49 a 56 horas, en ningún momento reflejaron un incremento significativo
en los reportes de satisfacción con la situación económica de los empleados, tanto
formales como informales, aunque sí presentan una relación negativa en la satisfacción
con la vida social en los empleados informales. Los autoempleados reportan menor satisfacción
económica cuando tienen que trabajar muchas horas, lo cual indica que no necesariamente
reciben una retribución por dicho esfuerzo.
El vínculo con relación al bienestar global es mixto (Cuadro 6) cuando se trabajan jornadas largas (de 49 a 56 horas). No se presenta un cambio
significativo en el bienestar general para los empleados formales, pero sí para los
empleados informales. Se pudiera decir que el estar en un empleo formal requiere de
“ponerse la camiseta” y, por lo tanto, asumen el esfuerzo. En cambio, en el trabajo
informal las personas pueden revelar su insatisfacción con respecto al arreglo laboral
que deben cumplir y que probablemente el incremento en bienestar con su situación
económica por el aumento del ingreso es bajo. Se requiere llevar al extremo la duración
de la jornada, de 57 a 75 horas por semana, para que se presente una reducción sobre
la satisfacción con la vida de los empleados formales.
Por otro lado, los autoempleados son esos bichos raros que encuentran su balance trabajo-vida a su manera, se pudiera decir que son los
únicos que maximizan su bienestar y cumplen con los supuestos del modelo de trabajo
presentado por la economía clásica. En ellos, la duración de la jornada laboral no
parece tener una relación sobre el bienestar. Habrá autoempleados que encuentran su
balance trabajando muchas horas y otros que lo encuentran trabajando pocas horas.
En México, y tal como se ha comprobado por diferentes investigaciones, ser autoempleado
implica que muy probablemente no se cuentan con las características sociodemográficas
para encontrar un empleo formal. Como la decisión de la duración de la jornada laboral
semanal se encuentra en sus manos, el autoempleado compara sus costos (satisfacción
con otros dominios de la vida) y sus beneficios (satisfacción con su situación económica)
para elegir aquella duración que mejor le convenga en ese momento (Parasuraman y Simmers, 2001).
Los resultados globales del enfoque de balance trabajo-vida en México revelan que
las personas intentan maximizar su bienestar subjetivo global (la satisfacción con
la vida) considerando costos y beneficios. Tal como lo presenta la teoría clásica
del análisis del mercado laboral, los individuos tienen costos crecientes (cada hora
extra de trabajo impacta en mayor medida en la satisfacción con los demás dominios
de vida) y beneficios decrecientes (el ingreso por cada hora extra de trabajo mejora
en menor medida la satisfacción con la situación económica). Sin embargo, dicha teoría
está limitada por el supuesto de que los individuos no tienen ningún impedimento para
maximizar su utilidad; en cambio, el enfoque de bienestar subjetivo permite identificar
cómo muchos trabajadores, aunque intenten maximizar su bienestar, se verán afectados
por la norma legal y social de la duración de la jornada laboral. En coherencia con
los resultados presentados previamente, se puede afirmar que las personas con una
jornada moderadamente corta (de 29 a 40 horas) en un empleo formal tienen mayor probabilidad
de estar más satisfechos con su vida.
Conclusiones y discusión
El objetivo del documento fue examinar la relación de la jornada laboral y el bienestar
subjetivo de los mexicanos, considerando sexo y tipo de empleo. Al respecto, se puede
afirmar que la duración de la jornada laboral en México tiene una relación con el
bienestar de los trabajadores, por lo tanto, no se puede rechazar la hipótesis planteada.
Los resultados muestran elementos en el sentido que existe una relación negativa entre
el bienestar subjetivo de las personas y trabajar jornadas laborales superiores a
las establecidas por ley; comportamiento vinculado con la perturbación del balance
trabajo-vida y al beneficio marginal decreciente del incremento del ingreso.
Por otra parte, manteniendo el nivel de ingreso, cuando se reduce la jornada laboral
a una de 29 a 40 horas semanales, se incrementa la probabilidad de mayor nivel de
bienestar subjetivo y mejor balance trabajo-vida para la población en general. Como
se observó en estudios para otros países, para el caso de México, el comportamiento
es distinto entre hombres y mujeres. Para estas últimas jornadas superiores a 40 horas
se asocian con una reducción de bienestar más grande que para los hombres. Además,
en jornadas laborales menores o iguales a 40 horas, las mujeres presentan una probabilidad
positiva de mejorar el bienestar con relación a la jornada de referencia. Este comportamiento
no se observa en hombres; al contrario, en jornadas cortas (de una a 28 horas) su
bienestar disminuye. Esto parece indicar que las mujeres encuentran un rol importante
fuera del trabajo remunerado y los hombres asumen el rol de proveedores del hogar.
Por tipo de empleo, también se encontraron comportamientos diferenciados. Los trabajadores
formales incrementan su satisfacción con la vida al reducir la jornada laboral. Aunque
la relación con la situación económica es negativa, la mejora que los trabajadores
presentan en la satisfacción con la familia y su vida social permite compensar. Además,
se demuestra que laborar jornadas superiores a las establecidas por la ley (más de
57 horas) se vincula con una reducción del nivel de bienestar.
En el caso de autoempleados, variaciones en la jornada laboral no presentan relación
con el bienestar general, comportamiento que se justifica en el hecho de que cada
autoempleado elige de acuerdo a sus costos (satisfacción con otros dominios de vida)
y beneficios (satisfacción con su situación económica) y maximizan en diferentes equilibrios
(cada uno tiene un balance trabajo-vida distinto), aunado a que obtienen un beneficio
procedimental de su trabajo como la revisión de literatura lo sugiere. Es el único
arreglo laboral que permite al individuo maximizar la utilidad según la teoría del
mercado de trabajo clásica.
En cambio, los trabajadores informales encuentran que trabajar pocas horas se vincula
con bajos niveles de satisfacción con la situación económica, pero con mayor bienestar
en lo familiar, generando una relación invariante en la satisfacción con la vida.
Sin embargo, también se encuentra que las jornadas largas de trabajo (más de 48 horas)
mantienen una relación negativa sobre su bienestar. Lo anterior parece indicar que
los trabajadores informales se apegan a una norma social cercana a lo establecido
en la legislación mexicana, pero sin recibir los beneficios y en niveles de satisfacción
con la vida más bajos que los formales.
Los trabajadores formales son los que se reportan más satisfechos con su vida, lo
cual apunta a que tienen beneficios que los autoempleados y empleados informales no
tienen. Además, se puede decir que jornadas laborales extremas no incrementan el bienestar,
al contrario, lo reducen. Tal hallazgo apunta que el tiempo de las personas tiene
un costo marginal creciente y un beneficio marginal decreciente, como se plantea en
la teoría económica del mercado laboral.
Los resultados observados en México para los diferentes tipos de trabajadores, así
como por sexo, indica que se encuentran alineados al comportamiento esperado, de acuerdo
con las hipótesis planteadas y con los resultados de estudios previos además de contribuir
a mejorar la comprensión de la relación entre jornada laboral y el bienestar subjetivo.
Una línea de trabajo que se abre es entender la relación por grupos de edad, especialmente
de mujeres con y sin hijos pequeños. Además, en un país heterogéneo como México sería
interesante presentar las diferencias con respecto a las preferencias de duración
del trabajo por región del país.
Finalmente, dada la relación entre jornada laboral y bienestar documentada en México
parece razonable implementar una política pública vinculada con la reducción de la
jornada laboral en los términos que establece la ley, la cual podría incrementar el
bienestar general de la población trabajadora, además de alinear el marco jurídico
a la tendencia internacional.