Introducción
La desigualdad social es un proceso complejo que día a día toma mayor importancia
en el mundo. Las políticas y programas sociales surgen como mecanismos que redistribuyen
recursos para compensar este problema social, mejorando las condiciones de vida de
sus beneficiarios (Cano y Prado, 2012). Así pues, la medición y análisis de programas sociales permiten observar si las
metas propuestas para cada periodo se han cumplido, de manera que reflejen un desarrollo
armónico y equitativo para la población del territorio donde fueron efectuadas.
En este sentido, la inversión pública en programas sociales es uno de los instrumentos
de la sociedad que impulsa su desarrollo y bienestar; la determinación de dónde, cuándo
y en qué invertir, es fundamental para el impacto y rapidez con la que ocurran; asimismo,
una inadecuada inversión puede causar efectos indeseados en la ruta trazada. Cuestiones
como ¿cuáles son los programas sociales más eficientes en el periodo del expresidente
de México Enrique Peña Nieto? y ¿existe una relación entre la inversión en los programas
sociales y sus resultados?, serán analizadas en este trabajo.
En México ha habido un avance en el proceso de evaluación de los programas sociales,
contratando instancias evaluadoras que analizan tanto los contenidos de los mismos
como los informes (Conde, 2017); pese a ello, la evaluación de los programas sociales en este país carece de calidad
técnico-metodológica, y, por tanto, no todos los resultados son totalmente confiables
o verídicos. Es inherente que existe una demanda social que exige la transparencia
y rendición de cuentas de los programas que hace que la evaluación de los mismos sea
una tarea importante a realizar (Villa Benítez et al., 2020). De hecho, estos autores mencionan que en México se han intentado realizar evaluaciones
de impacto, pero no se logran concretar, pues no cumplen con los requisitos exigidos
por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)
como lo es el diseño experimental. Así pues, se han formulado programas sociales sin
contemplar la evaluación de los mismos y, por ende, no se han medido sus resultados.
Esto conlleva a suponer a que, en México, no necesariamente se está inviertiendo en
programas sociales eficientes, pues podrían existir programas con poco presupuesto
que estén teniendo resultados favorables para la sociedad, y más aún, que existan
programas que sin justificación alguna estén siendo rescindidos.
Una alternativa de evaluación es a través del uso de herramientas estadísticas y utilizando
grandes bases de datos que están disponibles hoy en día en la web (Villa Benitez et al., 2020). Con los resultados de estas evaluaciones podríamos plantear la hipótesis de que
la inversión asignada a cada programa social podría afectar directamente a los resultados
de éste.
México contaba con un total de 158 programas sociales en el año 2018. Si bien es cierto
que en todos ellos se realizaba la medición de sus resultados, solamente cerca del
2 por ciento1 contaba con la información completa (es decir, sin datos faltantes), la cual hace
referencia principalmente al rigor de la medición y a los avances en el logro de sus
objetivos (Coneval, 2020). Lo inquietante de esta situación, es que en 2014 de los 258 programas sociales
que eran efectuados en México, únicamente 1.55 por ciento contaba con información
completa (Coneval, 2014), lo cual lleva a suponer que el esfuerzo que ha hecho este país para impulsar la
evaluación cuantitativa basada en métodos cuasi experimentales con técnicas econométricas
ha sido deficiente. Es indispensable tener información relevante de cada programa
social, pues de esta forma se podrá evaluar su impacto en la sociedad (Bertranou, 2019).
Por lo anterior expuesto, el principal objetivo de este artículo es construir índices
anuales de programas sociales de México utilizando herramientas de estadística multivariada
como el análisis de componentes principales y el análisis discriminante lineal, con
el fin de evaluar programas sociales ejercidos durante el periodo del expresidente
de México Enrique Peña Nieto (2012-2018). Lo anterior mediante su eficiencia en cobertura, presupuesto aprobado, presupuesto ejecutado y rigor de medición de sus resultados, y así, poder establecer el comportamiento y la relación
(si existe) de estas variables durante el periodo de análisis. Al identificar si el
gasto público en los programas sociales contribuye a tener eficiencia y resultados
favorables en los mismos es de suma importancia, pues coadyuva en la toma de decisiones
sobre su continuamiento, modificación o bien en la rescisión de ellos; características
prescindibles que los gobiernos actuales y subsecuentes deben tomar en cuenta para
las propuestas de sus Planes Nacionales de Desarrollo.
El resto de este artículo está organizado de la siguiente forma: en la sección I se
presentan los antecedentes de esta investigación, incluyendo una breve descripción
de las variables que se utilizarán para la creación de indicadores. La metodología
que se empleó es desarrollada en la sección II. Y, por último, la sección III muestra
los resultados obtenidos y las conclusiones a partir de éstos.
I. Antecedentes
Conforme a Martínez-Nogueira (2007, 65) “Los programas sociales se definen como artefactos de naturaleza instrumental y simbólica,
cristalizaciones inacabadas de conocimientos, construcciones sujetas a restricciones,
arenas de tensión, conflicto y colaboración, y locus de fuerzas homogeneizadoras”.
El proceso de implementar un programa social no es predecible, inclusive sus resultados
pueden ser inciertos (Titmuss, 1987).
Dos atributos constitutivos importantes de los programas sociales que menciona Martínez-Nogueira (2006) son la heterogeneidad y la contingencia. La primera se manifiesta en áreas problemáticas,
poblaciones-objetivo, contextos institucionales y sociales, instrumentos, recursos,
etcétera. Por su parte, las contingencias, como su nombre lo indica, son propias de
la imposibilidad de anticipar las situaciones a enfrentar.
Generalmente, el impacto de los resultados de los programas sociales se manifiesta
en los beneficiarios de dicho programa (población objetivo). Así pues, siendo los
programas sociales un componente de las políticas públicas, éstos aspiran a provocar
algún cambio de situaciones, tendencias, sistemas, prácticas o conductas.
Los objetivos de los programas sociales se enfocan esencialmente a satisfacer necesidades
básicas, generar oportunidades, modificar las condiciones de vida y/o introducir transformaciones
en comportamientos, valores, aptitudes o actitudes, entre otros. Por su parte, los
instrumentos para el diseño, planeación y aplicación de un programa social son las
transferencias, intervenciones y tratamientos, así como el otorgamiento de subsidios,
la prestación de servicios, la protección de derechos y la construcción de capacidades.
Titmuss (1987) menciona que las políticas sociales constituyen arenas de tensión y conflicto, pues
operan como una espada de doble filo porque distribuyen beneficios y costos de manera
desigual, pero a su vez contribuyen al bienestar de algunos grupos, implicando cargas
para otros. Dankumo, Ishak, Bani y Hamza (2021) comentan que el éxito de un buen diseño presupuestal y la implementación de éste,
contribuye a la reducción de la pobreza, lo cual tiene como resultado fortalecer una
buena gobernanza. En este sentido, Cyrek (2019) expresa la ausencia de algún acuerdo referente a los mecanismos más eficientes en
la definición del gasto público encaminado a reducir la pobreza y la desigualdad.
Con respecto a la inversión pública y el crecimiento económico, Acharya y Nuriev (2016); Ruch y Geyer (2017); Sasmal y Sasmal (2016) examinaron la relación y el impacto del gasto público y el crecimiento económico.
Recientes publicaciones están dando un fuerte impulso al estudio de la desigualdad
económica, así como al gasto público destinado a su reducción, Adepoju y Oyewole (2020) abordaron este análisis examinando los cambios de pobreza multidimensional en las
zonas rurales de Nigeria, buscando posibles alternativas de inversión para reducir
el número de pobres.
El impacto de los programas sociales en México es un punto de partida para indagar
sobre la eficacia y consecuencia de los mismos. Teóricamente los programas sociales
son aplicados buscando el cumplimiento de sus objetivos, así como la resolución de
problemas.
Sin embargo, como lo afirma Abramo et al. (2019), en varias ocasiones, tanto en el diseño como en la implementación, monitoreo y evaluación
de los programas sociales no se realiza un adecuado análisis de las características
exógenas y endógenas que rodean la problemática, lo cual genera que no se pueda actuar
de manera efectiva en las múltiples dimensiones que afronta la población destinataria
del programa.
Si bien es cierto que los gobiernos han venido fortaleciendo la construcción de programas
sociales, la evaluación es la fase en la que menos énfasis se ha puesto, ya sea por
el alto costo que se incurre al realizarla o por el simple hecho de obviar el impacto
esperado. Esto queda demostrado cuando se analiza el contexto latino americano, donde
Daher et al. (2019) demostraron que no hay información suficiente sobre los resultados obtenidos,
y, además, las evaluaciones de estos programas suelen tener limitaciones técnicas
y metodológicas.
Durante el monitoreo y la evaluación de políticas y programas sociales es esencial
tener presente el componente metodológico, ya que en éste se identifican los elementos
principales para estandarizar y normar la calidad de estos instrumentos.
Las metodologías más comunes a utilizar son el diseño de indicadores de gestión, uso
de matrices de indicadores para resultados y el marco lógico. Sin embargo, en reiteradas
ocasiones estas metodologías sirven para analizar resultados obtenidos, pero al momento
de evaluar el impacto a largo plazo de los programas sociales están limitados, por
ende, se recurre a métodos cuasi-experimentales y pre-expremientales basados principalmente
en la econometría y la estadística multivariada (Cecchini et al., 2021).
Es importante subrayar, que la utilización de datos empíricos también se ha convertido
en un eje fundamental para generar una evaluación verídica y confiable de largo plazo
de la eficiencia, pertinencia, impacto y sostenibilidad de programas de asistencia
para la reintegración social (OIM, 2019).
I.1. Eficiencia
Generalmente, existen dos conceptos fundamentales en los programas sociales que suelen
confundirse: eficacia y eficiencia.
Mokate (2001) menciona que la eficacia es el grado de avance de los objetivos propuestos. Así pues,
los programas deberán precisar bien sus objetivos para que éstos sean eficaces. Sin
embargo, Scriven (1991) menciona que eficacia es sinónimo del éxito de un programa, logrando inclusive resultados
que pudieron no formar parte de los objetivos iniciales de la propuesta del programa.
Así pues, podemos decir que la eficacia depende del logro de los objetivos, metas
y resultados del programa social analizado. El indicador de cumplimiento (IC) está dado por:
Por otro lado, se tiene el concepto de eficiencia, el cual generalmente se le asocia
con una relación entre medios y fines. Cohen y Franco (2005) definen la eficiencia como la relación entre costos y productos obtenidos. Un programa
es eficiente si cumple sus objetivos al menor costo posible (minimización de costos),
o bien generar un mayor logro considerando un determinado costo (Lockheed y Hanushek, 1988).
Luego, la eficiencia establece la relación de productividad en el uso de los recursos.
El indicador de eficiencia (IE) está dado por:
(DANE s.f.)
Por su parte, la efectividad involucra la eficacia como la eficiencia, y se consigue
cuando la relación entre los objetivos iniciales y los resultados finales se hace
óptima (Fernández, 2000).
En particular, en México sólo se presenta como dato la eficiencia en cobertura de los programas sociales, que es el cociente de la población atendida y la población
objetivo (Coneval, 2020). Sin embargo, se tienen los datos de presupuestos, tanto aprobados como ejercidos
y los resultados de los mismos, que nos permiten inferir sobre la eficiencia de los
programas.
I.2. Presupuesto de los programas sociales
Una variable de análisis en los programas sociales es el impacto de inversión reflejado
principalmente en indicadores de pobreza. En México se presentan dos variables que
analizaremos en este artículo: el presupuesto aprobado y el presupuesto ejercido.
El presupuesto es una herramienta fundamental de los gobiernos para planificar y coordinar
estratégicamente los recursos públicos con una visión de conjunto (Flores-Jiménez y Flores-Jiménez, 2008), es por ello, que al contar un programa social con mayor cantidad de cuantía monetaria
se puede alcanzar a mayor población objetivo, al contar con mayores recursos para
generar un proceso de planificación de largo alcance.
Sin embargo, es fundamental que, para lograr las metas propuestas, el presupuesto aprobado y ejercido debe ser controlado y evaluado por los responsables y analizado por los especialistas
(Flores-Jiménez y Flores-Jiménez, 2008), debido a que existen programas sociales que luego de hacer estudios y proyecciones
demuestran que, así se disponga de grandes recursos, sus resultados no tendrán un
alcance significativo, reflejando un desperdicio de recursos públicos que conllevarán
a un retraso en el desarrollo del territorio. México registró en el periodo de 2008-2016
un incremento en ejercicio del gasto público de más del 64 por ciento, logrando un
crecimiento de 0 por ciento (CEFP, 2020; Coneval, 2021). Esto señala la ineficacia de los esquemas de toma de decisión y ejecución para
hacer eficientes dichas transferencias.
El presupuesto se aborda a partir de las variables de la macroeconomía y la microeconomía,
por tal razón es fundamental hacer la aclaración que el presupuesto estudiado en este
artículo es el de Presupuesto por Programas Sociales, el cual surge en los años sesenta,
y que vincula los costos y resultados de los programas, considerando además sus objetivos
(Flores-Jiménez y Flores-Jiménez, 2008). Cuando se comenzó a utilizar, su objetivo era cumplir con las metas propuestas
a corto plazo. Sin embargo, los gobiernos comenzaron a observar que este tipo de presupuesto
también podía generar metas de largo plazo. Pero, la condición de eficacia de los
programas sociales se asocia al mayor alcance sectorial y global. En esa medida, se
encamina hacia un desarrollo sostenible económico para la población objetivo.
I.3. Rigor de los resultados
Otra variable de interés en el análisis de los programas sociales son los resultados
obtenidos de los mismos. Las evaluaciones de un programa social a través de metodologías
rigurosas, permiten medir los efectos que tienen los programas en la población objetivo
(Coneval, s.f). Así pues, el rigor de medición es tan importante al momento de la evaluación de los programas sociales,
debido a que de esta forma se asegura que los resultados obtenidos sean verídicos
y confiables.
En México no se cuenta con información completa sobre beneficiarios y mediciones en
los programas sociales. No obstante, es obligatorio que los programas sociales cuenten
con los siguientes requisitos: antecedentes del programa, diseño de la intervención,
objetivos de la evaluación, información disponible y fuentes, y metodología aplicable.
El punto central no es tener solamente esta información, sino que ésta cuente con
un rigor de medición oportuno. Al ser ponderados los rigores de cada requisito, lo ideal es alcanzar un rigor de medición considerable para que los resultados del programa sean confiables con
el fin de establecer cuáles son las oportunidades de mejora del programa y, así, alcanzar
un desarrollo económico más eficiente dentro de la población objetiva (Coneval, s.f).
En muchos casos, los programas miden sus resultados con indicadores. Los avances en
estos indicadores determinan la categoría de la variable rigor: destacada [90,110] por ciento, adecuada [80,90) por ciento, moderada [70,80) por ciento y oportunidad de mejora <70 ó > 110 por ciento (Coneval, 2020). Esta clasificación de los resultados es la que se utilizará en este artículo.
II. Metodología
En el área de estadística social es muy común trabajar con indicadores o índices,
que pueden ser cualitativos o cuantitativos, los cuales describen el comportamiento
de una variable con relación a otras durante un periodo de tiempo. Generalmente, son
fáciles de implementar y se pueden obtener conclusiones útiles y fidedignas de ellos
(DANE, 2009).
Algunas características de un indicador son: simplificación, medición y comunicación. Su principal objetivo es el de proveer información útil
para la mejora de toma de decisiones en la implementación y la evaluación de un programa
social. Un indicador, además, monitorea el cumplimiento de acuerdos y compromisos
establecidos, cuantifica los cambios en una situación considerada problemática y finalmente,
da seguimiento a los diferentes planes, programas y proyectos, favoreciendo la toma
de decisiones para mejorar tanto la eficiencia como la eficacia del proceso en general.
Para la construcción de indicadores se formula primero el problema y se identifica
el objetivo que se desea medir. Es decir, se define el aspecto específico para evaluar,
que puede estar relacionado con la formulación, los insumos, los procesos, los resultados,
los impactos, la gestión o los productos. Adicionalmente, se establecen las variables
que lo conforman y la relación entre ellas para que produzcan la información que se
necesita. En este estudio se busca identificar si el gasto público en los programas
sociales en México está contribuyendo a tener programas eficientes, cuyos resultados
sean favorables.
México cuenta con programas sociales adscritos a distintas dependencias gubernamentales
encargadas de sectores como salud, educación, cultura, medio ambiente, economía, entre
otros. En esta investigación, se realizó un muestreo aleatorio simple para la selección
de programas sociales a considerar. Precisamos que tal muestra consideró solamente
aquellos programas disponibles de información completa en sus registros en los años
2012-2018. El tamaño final de la muestra fue de 18 programas sociales (PS) pertenecientes
a distintas dependencias gubernamentales. La metodología de este artículo propone
construir índices anuales de los programas seleccionados, los cuales se presentan
a continuación.
Secretaría de Economía (SE)
Secretaría de Educación Pública (SEP)
Secretaría de Salud (SS)
-
Prevención y Atención contra las Adicciones (Clave: E025).
-
Seguro Popular (Clave: U005).
-
Investigación y Desarrollo Tecnológico en Salud (Clave: E022).
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)
-
Programa de Apoyo al Empleo (PAE) (Clave: S043).
-
Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol)
-
Programa 3x1 para Migrantes (Clave: S061).
-
Programa de Estancias infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras (Clave: S174).
-
Pensión para Adultos Mayores (Clave: S176).
-
Programa de Coinversión Social (PCS) (Clave: S070).
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)
Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres)
Utilizando las variables eficiencia en cobertura (población atendida/población objetivo (Coneval, 2020), presupuesto aprobado y presupuesto ejercido, se construirán los índices anuales: índice de eficiencia en cobertura anual (IEA), índice de presupuesto aprobado anual (IPAA) e índice de presupuesto ejercido anual (IPEA), respectivamente, todos ellos utilizando el análisis de componentes principales (ACP, véase James et al. (2017)). El ACP es una técnica de estadística multivariada que permite reducir el número
de variables (dimensionalidad de los datos) sin perder información relevante, formando
componentes principales que son combinación lineal de las variables originales e independentes
entre sí. Estos componentes están ordenados de acuerdo con la varianza explicada,
es decir, el primero es el más importante porque explica la mayor varianza de los
datos.
Si suponemos que tenemos p variables correlacionadas (x1, x2, …, xp), el ACP crea un nuevo conjunto de variables incorrelacionadas (y1, y2, …, yp), mediante combinaciones lineales de las anteriores, i.e., yj = aj1 x1 + aj2 x2 + ⋯ + ajp xp, con aij constantes.
Con el propósito de maximizar la varianza, se aumentan los coeficientes aij. Denotemos
, para cumplir con la ortogonalidad se debe cumplir que
. Luego, el primer componente se obtiene eligiendo a
de modo que y1 tenga la mayor varianza posible sujeta a que
La segunda componente se obtiene eligiendo a
de modo que y2 no esté correlacionada con y1, y con menor varianza que la primera. Se sigue este procedimiento hasta obtener yp, todas ellas incorrelacionadas y cada una con menor varianza.
Así, para que se pueda realizar el ACP, es necesario que las variables presenten factores
comunes. Es decir, que estén muy correlacionadas entre sí. Los coeficientes de la
matriz de correlaciones deben ser grandes en valor absoluto, recordemos que las correlaciones
toman valores de −1 (correlación negativa) a 1 (correlación positiva), un valor cercano
o igual a 0 indica la no correlación. Para comprobar que las correlaciones entre las
variables son distintas de cero de modo significativo, se comprueba si el determinante
de la matriz es distinto de uno, es decir, si la matriz de correlaciones es distinta
de la matriz identidad.
Adicionalmente, se analiza la variable rigor de medición de resultados (variable categórica: oportunidad de mejora, moderada, adecuada y destacada), mediante el análisis de discriminante lineal (ADL, ver James et al. (2017)). El ADL es uno de los algoritmos supervisados más popular y simple, cuya finalidad
es el de analizar si existen diferencias entre grupos de observaciones respecto a
un conjunto de variables medidas sobre los mismos, y así poder clasificar nuevas observaciones.
Este es un tipo de análisis de regresión, donde la variable de respuesta es cualitativa
o categórica y las variables explicativas generalmente son continuas y nos indican
a qué grupo pertenecen las observaciones.
La predicción de una respuesta cualitativa para una observación se puede denominar
clasificación de la observación, ya que implica asignar a la observación a una categoría,
o clase. Supongamos que tenemos q variables explicativas X = (X1, …, Xq), donde X tiene una distribución normal multivariada, con vector de medias μk (k = 4, el número de niveles de la variable rigor) y una matriz de covarianza común en todas las clases Σ. La densidad de X está dada por
. Usando esta información, el ADL determinará el nivel de rigor al que pertenece un programa social usando la ecuación:
, donde
siendo nk el número de elementos en la categoría k y n el total de observaciones.
II.1. Construcción de los índices
Para la construcción del IEA, IPAA e IPEA se utilizó el ACP y para esto primero se
identificó que efectivamente las variables (en nuestro caso los programas sociales)
estuvieran correlacionadas (véase Figura 1).
Figura 1
Gráfica de correlaciones de la eficiencia, el presupuesto aprobado y el presupuesto
ejercido.

Fuente: Elaboración propia.
Los determinantes de la matriz de correlación fueron los siguientes. Para la eficiencia: 1.569239x10−159, para el presupuesto aprobado −1.30409x10−183 y para el presupuesto ejercido 8.456175x10−182, concluyendo que efectivamente las variables están correlacionadas en los tres casos.
Al contar con la premisa de variables correlacionadas, se obtiene el número de componentes
principales (CP) que explican más del 75 por ciento de varianza acumulada, definamos
a esta variable (número de CP) por n. El peso de cada PS está dado por wi : = CP1i + CP2i + ⋯ + CPni, con i = 1, …, 18, donde CPki representa la i-ésima entrada del k-ésimo componente principal.
Para el año j, j = 2012, …, 2018, cada índice anual está dado por:
donde Ij {IEA, IPAA, IPEA}, variable PSij representa la eficiencia en cobertura, presupuesto aprobado o presupuesto ejercido del programa social i en el año j.
Para obtener índices en el intervalo [0,1], estandarizamos Ij de la ecuación (1) de la siguiente manera:
donde ISj denota índice estandarizado para el año j, j = 2012, …, 2018.
III. Resultados
A continuación se presenta un análisis estadístico descriptivo de las variables consideradas.
En la Figura 2 se presenta la eficiencia en cobertura de los programas sociales de acuerdo con su dependencia gubernamental.
Figura 2
Variable eficiencia en cobertura a través de las dependencias gubernamentales.

Fuente: Elaboración propia.
La Figura 2 nos muestra que el programa S061 (Programa 3x1 para Migrantes) desde el año 2012
se mantuvo con una eficiencia en cobertura en un mismo nivel, en cambio, en 2015 comenzó a crecer. Sin embargo, en el año 2016
se registra una caída, sin lograr recuperación. Por su parte, el programa S043 (Programa
de Apoyo al Empleo) ha tenido una eficiencia muy irregular a través de los años, en
2014 se obtuvo la mayor, mientras que en 2018 la menor. Programas sociales como E007
(Servicios de Guardería), E022 (Investigación y Desarrollo Tecnológico en Salud),
S190 (Becas de Posgrado y Apoyos a la Calidad), S191 (Sistema Nacional de Investigadores)
y U005 (Seguro Popular) mantienen una eficiencia en cobertura en un rango que no presenta fuertes cambios pero, alto impacto. Por otro lado, el
programa E036 (Equidad de Género) tiene un crecimiento notoriamente positivo.
En la Figura 3 se presentan las gráficas de caja de los presupuestos aprobados de los programas
sociales de acuerdo con su dependencia gubernamental.
Figura 3
Variable presupuesto aprobado a través de las dependencias gubernamentales.

Fuente: Elaboración propia.
La Figura 3 refleja claramente aquellos programas que obtuvieron un presupuesto ampliamente mayor.
Es notable el presupuesto para el programa S176 (Pensión para Adultos Mayores, de
Sedesol), es uno de los programas que cuenta con más apoyo y de los cuales han tenido
continuidad hasta hoy en día. El programa U005 (Seguro Popular, de SS) dispone del
mayor presupuesto aprobado en la muestra analizada.
El presupuesto ejercido se comporta de manera muy similar al presupuesto aprobado. Algunos programas que resaltan en esta variable de inversión (además de los ya mencionados
para el presupuesto aprobado) son: E021 y S221 de la SEP, E007 del IMSS y el S190 del Conacyt.
En la Figura 4 se presentan los presupuestos aprobado y ejercido totales para cada año. Destaca el año 2017 cuando el presupuesto ejercido fue mucho mayor que el aprobado, de hecho tal presupuesto tiene un comportamiento a la baja a partir de 2015 hasta
2017. En 2015 se aprobó el mayor presupuesto, pero no fue ejercido.
Figura 4
Variables presupuesto aprobado y ejercido por año (suma detodos los programas).

Fuente: Elaboración propia.
Analizando los resultados de los programas, en la Figura 5 se presenta la frecuencia para cada año de cómo fueron evaluados los programas a
través de la variable categórica rigor de sus resultados.
Figura 5
Variable rigor a través de los años.

Fuente: Elaboración propia.
En la Figura 6 se observa que en el año 2012 los resultados se clasificaron solamente como destacados o bien oportunidad de mejora. De hecho, solamente en los años 2012 y 2013 los programas obtuvieron la clasificación
oportunidad de mejora. De 2014 a 2018 vemos un comportamiento muy similar en la clasificación: con mayor
frecuencia los resultados de los programas se agruparon en adecuados, seguidos de destacados y finalmente moderados.
Figura 6
Variable rigor considerando las dependencias gubernamentales a las que pertenecen
los programas.

Fuente: Elaboración propia.
Con el propósito de identificar los resultados de los programas con su dependencia
gubernamental, se presenta la Figura 7. Destaca un comportamiento versátil de los programas, pese a pertenecer a una misma
dependencia. Por ejemplo, los programas adscritos a la dependencia de la SS presentan
un comportamiento dentro de las cuatro categorías. Lo anterior puede ser consecuencia
del tipo de programas que maneja dicha dependencia al ser objetivos diferenciados
en cada programa; así también, la planificación y población objetivos pueden influir
en los comportamientos categóricos.
Figura 7
Varianza explicada acumulada de los componentes principales de la eficiencia en cobertura,
el presupuesto aprobado y el presupuesto ejercido.

Fuente: Elaboración propia.
Sin embargo, los programas U005 de la SS, S176 y S174 de Sedesol, y S043 de la STPS,
muestran los mejores resultados catalogados en los años analizados.
III.1. Resultados de los índices
A continuación, se presentan los resultados del análisis de componentes principales
realizado a las variables: eficiencia en cobertura, presupuesto aprobado y presupuesto ejercido, con el fin de tener el sustento teórico para la construcción de los índices expuestos
en la sección II.
De acuerdo con la Figura 7, y tomando una varianza explicada mayor al 75 por ciento, se considerarán para este
análisis los tres primeros componentes principales para la eficiencia en cobertura y los primeros dos componentes tanto para el presupuesto aprobado como para el presupuesto ejercido. A continuación se calculan los índices IEA, IPAA e IPEA estandarizados de acuerdo
a la ecuación (2). Los resultados se encuentran en la Figura 8.
Figura 8
IEA, IPAA e IPEA estandarizados.

Fuente: Elaboración propia.
Tal como muestra la Figura 8, el IEA durante el 2012-2013 decreció; sin embargo, el año siguiente alcanzó un repunte
de 0.0577 puntos. Nuevamente, en el 2015 un descenso, siendo el más intenso entre
2012 y 2018. El incremento del IEA entre 2016 y 2018, especialmente el último año,
sugiere un mayor esfuerzo gubernamental de Peña Nieto para mejorar la eficiencia en cobertura de los programas sociales.
Por su parte, se observa que el IPAA mantuvo una tendencia creciente desde el 2012
hasta el 2018, aunque, con mayor intensidad de 2012 al 2015 al lograr 0.7622 puntos.
Y a partir de 2015 el crecimiento fue más lento, logrando en tan sólo cuatro años
un aumento de 0.2378 puntos.
Respecto al gasto (presupuesto ejercido) en los programas sociales, el IPEA nos muestra que en 2018 se ubicó en 0.6851 puntos,
lo cual reflejó un deterioro en este aspecto del 31.5 por ciento respecto al año anterior.
En contraste, con la nueva administración del presidente López Obrador, en 2018 cambia
esta dinámica, al aplicarse la Ley Federal de Austeridad Republicana, al recortar
los recursos nacionales.
Mediante la Figura 8 se puede inferir que la eficiencia de cobertura de los programas no tiene una estrecha relación con el gasto que se les asigna a
los programas. Por otro lado, ahora analizaremos la variable rigor de los resultados. Primero veamos la relación que tiene esta variable con las demás variables analizadas
en este artículo.
Tal como muestra la Figura 9, la variable eficiencia en cobertura es aleatoria en los resultados de rigor, pero no en las variables: año, dependencia, presupuesto aprobado y ejercido. Aun cuando los resultados de estas dos últimas variables son similares, sólo se
considera el presupuesto ejercido.
Figura 9
Gráfica de pares de las variables eficiencia, año, dependencia, presupuesto aprobado
y presupuesto ejercido respecto a la variable rigor.

Fuente: Elaboración propia.
Así pues, se consideró el siguiente modelo ADL:
Destaca que ni la variable año ni dependencia son variables continuas, sin embargo cuando la condición de normalidad no se cumple,
el ADL pierde precisión pero aun así puede llegar a dar clasificaciones satisfactorias.
Teniéndose 126 datos (18 programas por los siete años analizados) se procedió a clasificar
los resultados de los programas utilizando el modelo (3), obteniendo un error de clasificación
del 18 por ciento. La tabla de confusión de este modelo se presenta en la Tabla 1.
Tabla 1
Resultados de clasificación utilizando el análisis de discriminante lineal para la
variable rigor.
Real\Predicha
|
Destacada
|
Adecuada
|
Moderada
|
Oportunidad de mejora
|
Destacada |
29
|
8
|
0
|
2
|
Adecuada |
4
|
55
|
0
|
0
|
Moderada |
0
|
1
|
10
|
0
|
Oportunidad de mejora |
1
|
3
|
4
|
9
|
Conforme a la Tabla 1, 39 programas se clasificaron como destacados, de ese total, 29 el modelo los predijo en la categoría de forma correcta, sin embargo,
clasificó ocho como adecuados y dos como oportunidad de mejora. En la categoría adecuada, se tenían 59 programas, 55 se clasificaron correctamente y cuatro de ellos el modelo
los clasificó como destacados. Y así sucesivamente. Siendo la diagonal de la Tabla 1 el número de programas correctamente clasificados con el modelo ADL que se presentó
en (3).
Para analizar la eficiencia (ya no de cobertura, sino en general) de los programas sociales, debemos analizar
la relación de los resultados obtenidos de los mismos con los costos, en nuestro caso
tenemos la variable rigor y el presupuesto ejercido. En la Figura 10 se presenta dicha relación.
Figura 10
Relación entre la variable rigor y el presupuesto ejercido a través de las dependencias
gubernamentales.

Fuente: Elaboración propia.
De acuerdo a la Figura 10, la Secretaría de Salud es la instancia con mayor gasto y sus resultados están catalogados
como destacados, seguida de Sedesol, donde sus programas resultaron muy bien evaluados con un mayor
gasto también. Los programas del IMSS no se clasifican con buenos resultados, sin
embargo su gasto no es tan considerable.
Los programas U005 (Seguro Popular) y S176 (Pensión para Adultos Mayores) son los
que mayor gasto tienen, obteniéndose resultados muy favorables en todos los años.
Sin embargo, los programas S174 (Estancias Infantiles) y S043 (Programa de Apoyo al
Empleo) reciben y ejercen menos presupuesto que los anteriores y sus resultados están
catalogados como destacados, es decir, resultaron muy eficientes.
III.2. Discusión de resultados
En general, podemos observar que los programas sociales mantienen resultados constantes
a través de los años respecto a su eficiencia en cobertura, sin notar cambios drásticos, excepto en dos programas: Apoyo al Empleo y Apoyo a
Migrantes, mostrando la gran vulnerabilidad que estos sectores de la población han
tenido en los últimos años, pues la tasa entre la población atendida y el objetivo
ha disminuido.
En cuanto al presupuesto aprobado y ejercido resaltan siete programas: Servicios de Guardería, Investigación Científica y Desarrollo
Tecnológico, Pensión para Adultos Mayores, Becas de Posgrado, Sistema Nacional de
Investigadores, Escuelas de Tiempo Completo y Seguro Popular. Cabe señalar que en
2017, fue un año atípico, pues el presupuesto ejercido superó al aprobado. Los resultados que han tenido los programas sociales muestran que en el último año
de gestión del expresidente Peña Nieto fueron cuatro los que obtuvieron resultados
destacados: Seguro Popular, Pensión para Adultos Mayores, Estancias Infantiles y Apoyo al Empleo.
El estudio de todos los programas sociales de manera integral se realizó a través
de los índices propuestos, y se pudo observar que la eficiencia en cobertura en el país fue a la baja de 2012 a 2015 y tuvo crecimiento de 2016 a 2018. El presupuesto aprobado se mantuvo con tendencia creciente durante el periodo analizado, mientras que el
gasto ejercido estuvo por arriba del aprobado en 2017 y bajó en 2018.
Conclusiones
En este trabajo se ha presentado una metodología para analizar programas sociales
de México utilizando herramientas del aprendizaje estadístico no supervisado como
lo son el ACP y el ADL teniendo como insumos datos de la Matriz de Indicadores para
Resultados.2
Al principio, se tuvo el inconveniente de no disponer de suficiente información de
los programas sociales en México, inclusive para años recientes no existe información
completa al respecto. Por tanto, se analizaron solamente 18 programas sociales de
nueve dependencias gubernamentales, lo cual representa una muestra significativa de
los programas sociales en el periodo 2012-2018. Se realizó un estudio longitudinal
o evolutivo de los programas sociales considerando el periodo antes mencionado y utilizando
un diseño panel.
Luego de considerar la variable eficiencia en cobertura, y realizando un análisis descriptivo de cada programa social, se constató que el
Apoyo al Empleo y el Apoyo a Migrantes son dos programas que fueron vulnerados respecto
a la población atendida. Debido a la pandemia por la Covid-19, ambos sectores se vieron
altamente afectados, lo cual sugiere prioridad en la atención de estos sectores de
la población. Por otro lado, se pudo observar en el IEA, de manera general, un comportamiento
decreciente de 2012-2015, y un comportamiento creciente de la eficiencia en cobertura en los programas de 2016 al 2018.
Respecto al presupuesto aprobado, el IPAA de 2014-2016 se mantuvo prácticamente sin
cambios significativos. En contraste, en 2018, este presupuesto ya fue considerablemente
mayor.
Cabe destacar, que naturalmente se esperaría que tanto para el presupuesto aprobado como el ejercido, los índices IPAA e IPEA se comportarían de manera creciente. No obstante, se registra
un descenso en el IPEA en 2018, cuando inicia el gobierno de López Obrador. Paradójicamente,
aunque el gasto fue menor en 2018, la eficiencia en cobertura resultó la mayor del periodo estudiado.
Por consiguiente se comprobó que no existe una relación entre los resultados de los
programas medidos a través de la variable rigor y la eficiencia de cobertura de los mismos. No así considerando las variables año, dependencia y presupuestos. La clasificación de los programas a través de la variable rigor nos ayuda para la predicción de los resultados de los programas sociales. Además,
a través de esta variable se pudo estudiar la eficiencia (de manera general) de los programas, encontrando que el Seguro Popular y la Pensión
para Adultos Mayores son programas que reciben y ejercen el mayor presupuesto en los
programas analizados, cuyos resultados están siendo catalogados como destacados. Por
otro lado, los programas de Estancias Infantiles y de Apoyo al Empleo reciben menos
presupuesto que los anteriores y también sus resultados son destacados. Resulta relevante
señalar que estos programas (U005, S176, S174 y S043) han tenido reformas estructurales
importantes con la actual administración. Así pues, como trabajo futuro se podrían
realizar comparaciones de la eficiencia entre programas sociales considerando las
nuevas políticas del presidente López Obrador y administraciones anteriores, siempre
y cuando la información esté disponible.
El análisis de cada programa social de manera individual y a través de índices (todos
los programas en conjunto) resulta una tarea necesaria hoy en día para la propuesta
de indicadores sociales que coadyuven al bienestar de la sociedad. Conviene contar
con la información disponible de cada uno de estos programas y analizarla, en la medida
de que podría evaluarse su continuidad o su conclusión.
Se ha analizado cómo distintos programas sociales, aun cuando no cuentan con un presupuesto
elevado en comparación con otros programas, los resultados que otorgan están siendo
clasificados como destacados. Se espera que las contribuciones de este estudio permitan formular nuevas propuestas
de políticas públicas en México. Tal podría ser el caso de un modelo de aprendizaje
automático, capaz de realizar predicciones sobre los resultados de programas sociales
teniendo como insumo el gasto público.